Planta herbácea exótica, perenne, brillosa. Se reconoce por sus hojas muy alargadas, gruesas y carnosas, espinosas y dentadas, de color gris o verdemar, terminadas en una punta acerada. De en medio de las hojas se eleva un único tallo cubierto de escamas y con muchos ramos abiertos, cargados de una multitud de flores de color amarillo verdoso. El ramo florífero parece un candelabro de muchos brazos, cuyo desarrollo es tan rápido que en pocos días puede aleanzar varios metros de altura. No obstante, esta planta da flores rara vez.

El jugo de sus hojas sirve para lavar la ropa, y de sus filamentos se ha podido sacar una fibra textil. En México hacen el famoso "pulque" con el jugo del tronco.

Se cultiva esta planta también para cercos vivos.

1. La infusión de hojas de agave sirve para purificar y fortificar estómago e intestinos, bastando para ello una taza de agua, con lo que se logra también un buen refrescante. Esta agua sirve, además, para lavar los ojos irritados.
2. Mezclada y cocida con ajenjo, sirve para eliminar las substancias tóxicas del cuerpo y las que pueden dar lugar a la formación de la hidropesía; también favorece mucho las funciones del estómago. Prácticamente todas las partes de esta planta son diuréticas.
3. Reduciéndola a polvo y tomando 2 veces al día el equivalente de la punta de un cuchillo, con agua, sopa o leche, se combaten las afecciones del hígado y de los riñones, sobre todo la ictericia.
4. Externamente, el jugo de sus hojas, por ser resolutivo, sirve para curar heridas e hinchazones. En algunas regiones de América se emplea contra la sífilis y la escrófula.
5. Las raíces son un buen remedio contra la descomposición de la sangre, y tienen efectos semejantes a los de la zarzaparrilla, especialmente las del Agave c.J.
6. Del Agave Keratto se extrae la hidromiel, evaporando la substancia azucarada que contiene esta planta.