Esta humilde hierba es un verdadero portento en la farmacopea casera.
Kneipp, y otros doctores hacen de esta planta los mayores elogios. No sólo —dicen—limpia la vajilla,, sino también limpia el cutis, haciendo desaparecer sus manchas, desinfecta los intestinos, cura las llagas (sobre todo fungosas), sana incluso la carie de los huesos. De hecho, Kneipp ha realizado verdaderos prodigios con esta hierba contra el lupus, el resfrío común, las hemorragias, las almorranas, las inflamaciones celulares agudas, las úlceras y tumores, los cálculos y arenillas, las afecciones del hígado, bazo y vejiga, e inclusive contra el cáncer (sobre todo el de la lengua'. "Todos estos males ceden ante el poder curativo de esta planta" (Neuens) .
a. En primer lugar, todas las especies de esta planta son muy astringentes, a pesar de lo cual nunca dañan. Administrada a tiempo, esta hierba tiene un efecto poderoso sobre las hemorragias y vómitos sanguíneos, en forma de tisana o infusión. En las grandes hemorragias nasales es un remedio inmejorable y de alivio casi inmediato, si se aspira por la nariz, repetidas veces, una infusión cargada de esta hierba o bien los vapores de su cocimiento. Corta también las disenterías y gonorreas. Usada exteriormente, ejerce, con gran beneficio, una acción depurativa, cáustica y resolutiva sobre las heridas, especialmente pútridas o inveteradas, incluso cancerosas, en forma de cocimiento para lociones, para mojar vendajes y compresas, o para lavados e úlceras; o bien, en forma de cataplasmas, para aplicarlas sobre las partes doloridas; o bien, finalmente, en forma de baños de vapor.
b. Por otra parte, la cola de caballo es un excelente purificador de la sangre, riñones e hígado. Se recomienda los tallos de esta planta, en infusión teiforme, contra el "mal de piedra", o sea, los cálculos vesicales y renales, y las enfermedades de la vejiga, riñones y próstata. Facilita la secreción uri- nana. Se toman varias tazas al día, pero alternando, no todos los días. Así calma los dolores de los cálculos y remedia los obstáculos de las vías urinarias. En este sentido es un medicamento único e inapreciable. También los baños de vapor con la "cola de caballo" constituyen una medicina específica contra estas enfermedades, tan frecuentes y dolorosas.
Esta hierba se puede combinar con muchas otras; de este modo resulta, por ejemplo, un remedio imponderable contra las enfermedades del hígado y riñones:
Cola de caballo 10 gr
Salvia 10 gr
Romero 5 gr
Agua 500 gr
Se hace hervir por 2 minutos, se cuela y se toma 2 a 3 tazas durante el día.
e. La infusión de la cola de caballo —que nunca hace mal— purifica el estómago, tomándola, mejor, día por medio, en dosis de 1 gramo por taza de agua caliente.
Asociándola al ajenjo, ruda y eucaliptus, es excelente contra las enfermedades del estómago.
Fórmula:
Cola de caballo 10 gr
Ruda 0,5 gr
Ajenjo 1 gr
Eucaliptus 1 gr
Agua 500 gr
Se hace hervir y se toma por tazas. Si los efectos son débiles, se añade más material de cada cosa. Añadiendo a la infusión anterior una cucharada de miel de abeja y tomando una taza caliente al principio y lo que queda durante el día, y se sigue este tratamiento por 3 días, los efectos son infalibles. Corrige los jugos gástricos, regulariza la bilis, purifica la sangre y luego se siente un bienestar en todo el cuerpo, ya que le infunde nuevas fuerzas y energías.
- Es excelente contra las afecciones de la garganta, en forma de gargarismos
- También es buena para la vista.