Es un árbol que ordinariamente tiene 4 ó 5 metros de altura, pero que suele hallarse hasta de 12 a 15 metros. El color verde vivo de sus hojas persiste todo el año. El fruto forma una "pera" gruesa y larga, verde o violácea, de sabor parecido al de la avellana. Dicho fruto es muy apreciado en América, donde se come, va crudo y al natural, ya en ensalada, ya, en fin, sazonado con carne; en Europa se le prefiere con azúcar y jugo de limón, o bien con ron o ciertos vinos. Se cría en abundancia en todo el continente americano. Su madera es blanquecina y endeble, y se usa sólo como combustible.

Los primeros y gruesos frutos de este árbol —las paltas o aguacates— tienen una carne amarillenta parecida a la mantequilla (de cuyo sabor tienen algo, junto al de la avellana), que por ello se suele llamar "mantequilla vegetal". Es muy suave y untuosa,de ella se saca un aceite fino, amarillo verdoso, algo acre.

En Chile no se cultiva este árbol como sería lo debido, y muchos frutos de los árboles que existen, se pierden por negligencia. Razones por las cuales las paltas se venden demasiado caras, cuando, en realidad, debieran ser uno de los frutos más baratos, dada la facilidad con que prospera este árbol en nuestro incomparable clima. ¡Cuánto bien se haría al país con multiplicarlo!

La palta es muy alimenticia, pero algo indigesta para los estómagos delicados.

De este árbol se emplean medicinalmente las hojas, el aceite y las semillas.

1. Las hojas del palto son muy estomacales, beneficiosas en la menstruación y resolutivas. Se usan en infusión, para lo cual no proponemos ninguna fórmula, pues tanto hojas como yemas se pueden usar a discreción. Los nativos y los negros de Cuba, sobre todo los trabajadores portuarios, casi no conocen mejor remedio para sus indisposiciones corporales que tomar algunas hojas de palto en infusión: muy pronto se sienten aliviados y fortalecidos.

Externamente, se emplean en la medicina casera para calmar los dolores de cabeza en la jaqueca, para lo cual se aplican calientes sobre la frente.

2. El aceite de palto surte buen efecto en la gota. A menudo, unas cuantas unturas sobre las partes enfermas bastan para aliviar el dolor de manera notable.

Este aceite es también excelente para el cabello, tanto para hermosearlo como para evitar su caída y hacerlo crecer: con él se puede hacer un magnífico jabón de tocador.

c. Las semillas frescas y bien molidas, aplicadas en forma de cataplasmas sobre los panadizos, los hacen abortar.