De esta planta tenemos en Chile una docena de especies, traídas sin duda de Europa. Son hierbas anuales o perennes.

Así tenemos, por ejemplo, la R. patientia, L., con tallo de hasta 1,50 m de alto, con hojas lanceoladas y puntiagudas, que se cultiva a causa de sus hojas que se comen corno las espinacas.

La R. acetosa tiene un tallo que alcanza a veces a 60 cm, con hojas alargadas, asaetadas, y las inferiores con un largo pecíolo: verticilos compuestos de 5 a 9 flores, sostenidos por pedículos de color púrpura.

En Europa crece espontáneamente y también se cultiva para comer sus hojas de sabor algo ácido.

En medicina se usan las hojas y también la raíz, cuyas propiedades son iguales a las del ruibarbo.

1. Se considera esta planta atemperante, diurética y antiescorbútica. Se ha empleado con buen éxito en las afecciones biliares, inflamatorias y gástricas.
2. Con ella se hacen tisanas diuréticas y refrescantes, además de que combaten la constipación.

He aquí la fórmula de un cocimiento de hierbas refrigerante, laxante y restaurador de las fuerzas:

Acedera sin raíces 50 gr

Lechuga 15 gr

Perifollo 15 gr

Acelga 15 gr

Aceite de oliva 25 gr

Agua 1500 gr

Sal a gusto, pero sin exceso. Se hace hervir el conjunto, se cuela y se toma 1 tacita cada hora.

Precaución: El empleo habitual de las hojas de acedera presenta un serio peligro de formación de cálculos oxálicos; por lo que debe usarse con prudencia y no por largo tiempo.

3. Finalmente, el jugo de acedera es útil para la cura de las úlceras pútridas y gangrenosas: su acción en estos casos es semejante a la del jugo de limón. Se machaca bien el material y se aplica la pulpa y el jugo sobre las úlceras.