EL SAUCO

Sambucus nigra L.

Es un arbusto muy común, de la familia de las caprifoliáceas/sambúceas, que ha sido siempre muy apreciado por sus propiedades culinarias y medicinales. Los gitanos lo consideran sagrado y no utilizan su madera como combustible, puesto que afirman que el saúco puede curar todas las enfermedades que afligen al hombre. Aunque en la antigüedad se utilizaban casi todas sus partes, hoy en día sólo se continúan empleando sus hermosas flores blancas para catarros y gripes, y sus características bayas negras (de ello su nombre en latín Zambucus nigra L .) en neuralgias y para la fabricación de vino y mermelada, y para dar sabor a los "puding" y a los buñuelos.

Es característico de numerosos paises del Mediterraneo y Norte de Europa atribuir virtudes excepcionales a las flores recolectadas el día de San Juan o la noche de su víspera, dejandolas al sereno toda la noche, porque así, San Juan, pasa y bendice los ramos expuestos, y solo los que recogen esa bendición luego tendrán efecto curativo. El sauco fue muy apreciado desde la antiguedad por sus grandes virtudes y el hombre extendió este arbusto por gran parte del globo. Su cultivo, probablemente para aprovechar su fruto como alimento, se remonta a los tiempos neolíticos.

La palabra Sambucus es citada por Plinio, el cual mencionaba que los cuernos musicales más sonoros estaban hechos con la madera del sauco. La tradición cristiana dice que fue de un saúco de donde se colgó judas, e incluso la cruz del calvario estaba hecha de su madera. Sambucus deriva del griego "sambuca", palabra que denominaba un instrumento musical fabricado con la madera del sauco y muy utilizado luego por los romanos. Los españoles lo llevaron al Nuevo Mundo, donde se halla aclimatado en numerosos paises, incluso en las alturas de los Andes, donde el clima es favorable a tantas plantas europeas. Así, Pérez Arbelaez sospecha que el famoso secreto del curandero Peídoiuo Neira del Tohma, era el saúco, que habría constituido la base de su específico, el «Trueno de Perdorno».

Pero el saúco gozó de mucha estima, no sólo por sus virtudes medicinales, sino también por su poder mágico. El empleo de la ruda, también tan antiguo desde la Provenza hasta Finisterre, para alejar los sapos de la salvia, fue substituido en Galicia por el del sauco, de semel . ante gravedad en el olor. En Sicilia pretenden alejar las víboras con él, y en la Baja Bretaña, cuando se quita el estiércol de los establos y se renuevan las camas del ganado, suelen echarse ramas de saúco, a fin de ahuyentar los sapos, las culebras y las salamandras, es decir, toda suerte de sabandijas repugnantes al hombre.

Dioscórides, el gran médico griego (s. 1 D.C.), reúne el yezgo y el saúco en un mismo capítulo y dice del saúco y del sauquillo (cameacte) que tienen virtud "desecativa, purgativa de humores acuosos y enemiga del estómago. Sus hojas, cocidas como otra hortaliza y comidas, purgan la flema y la cólera. También sus tallicos tiernos, cocidos en cazuelas, sirven al mesmo efecto. Cocida su raíz en vino y dada a comer, es útil a los hidrópicos; y el mesmo cocimiento, bebido, se aprovecha contra las mordeduras de víboras. Cocida en agua, abre y ablanda los lugares secretos de las mujeres, y sana sus malas disposiciones si se sientan sobre ella. Su fruto, bebido con vino, hace las mesmas cosas, y ennegrécense los cabellos que se untaren con él. Sus hojas novecicas, y tiernas. aplicadas con polenta en forma de emplasto, mitigan las inflamaciones, sirven a las quemaduras del fuego y a las mordeduras de perros, conglutinan las llagas hondas y cavernosas. Aplicadas con sebo de cabrón o de toro, son remedio contra la gota coral". (En Font Quer, 1982: 756.)

Culpeper dice del sauco "los primeros brotes hervidos como los espárragos, y las hojas y tallos jóvenes hervidos en caldo graso, conducen hacia fuera la flema y cólera. La corteza media o interna hervida en agua y bebida actúa mucho más violentamente, y las bayas, frescas o secas, expelen los mismos humores, y con frecuencia son muy útiles en hidropesía. El jugo de raíz bebido, causa vómito y purga los humores acuosos de la hidropesía".