MENTE Y CUERPO
Cómo mantenerlos en armonía
Casi todos sabemos que la enfermedad y la DEPRESIÓN suelen ir de la mano, y que cuando nos sentimos bien físicamente, tendemos a pensar mejor, a sentirnos optimistas y a tener más energía mental.
Nuestro lenguaje abunda en frases que vinculan estados de ánimo con sensaciones físicas. Por ejemplo, a veces hablamos de "sentir un nudo en la garganta", "llevar un peso a cuestas" o "tener destrozado el corazón". Asimismo, hay factores físicos internos y externos (como la tensión muscular y el CANSANCIO o la luz del día y el clima) que pueden influir en nuestros pensamientos y sentimientos. No obstante este hecho, la medicina alopática suele hacer una distinción entre la mente y el cuerpo, en virtud de la cual los médicos se ocupan de las enfermedades orgánicas, y los psiquiatras de los trastornos mentales.
Por su parte, las terapias naturales casi siempre atienden a la interacción de ambos factores. El YOGA, la ACUPUNTURA y el BUDISMO ZEN son sólo algunas de las disciplinas que conciben a la persona como un todo y que buscan restituir la armonía entre el cuerpo, la mente y los sentimientos para que haya verdadera salud.
La mayoría de esas terapias se concentran en uno o en varios de los siguientes elementos para influir en el cuerpo y la mente: la alimentación, la respiración, el EIERCICIO y la actividad mental.

En cuanto al primer factor, la alimentación, la medicina alternativa recomienda los extractos herbales, los complementos de vitaminas y los ALIMENTOS NUTRITIVOS.
Se sabe que ayunar durante 24 horas hace disminuir el nivel de adrenalina en la sangre y, por tanto, reduce el ESTRÉS. La MEDICINA AYURVEDICA preconiza el uso de ciertos alimentos y bebidas para provocar cambios mentales y anímicos, y otras disciplinas consideran que ciertas dietas pueden aumentar el bienestar espiritual.
Al igual que comer y beber, respirar es esencial para vivir, y también usamos expresiones que relacionan ese acto con el estado mental: a veces hablamos de sentirnos inspirados (del latín inspirare, "inhalar"), suspiramos cuando algo nos aflige o decimos que las palabras de aliento de alguien nos llegan "como un soplo de aire fresco". En la medicina alternativa, la respiración diafragmática (RELAJACIÓN Y RESPIRACIÓN) forma la base de la mayoría de las técnicas de relajación, desde los ejercicios del PARTO NATURAL hasta la HIPNOTERAPIA.

El ejercicio es una modalidad terapéutica menos común en Occidente, donde suele emplearse casi exclusivamente para tonificar los músculos y aumentar el vigor físico. Sin embargo, ejercitar el cuerpo también puede ayudar a mejorar el estado anímico y a cambiar la manera de pensar.
Salir a caminar un rato cuando se está triste o fastidiado tiende a calmar el ánimo y ayuda a sentirse mejor. Asimismo, correr o practicar otro ejercicio vigoroso hace olvidar los rencores y la frustración. Dichos efectos son propiciados por el TAI CHI, el yoga y la TERAPIA BIONERGÉTICA, entre otras disciplinas.
Este proceso también funciona a la inversa, o sea, modificar la manera de pensar puede acarrear cambios en el organismo. La MEDITACIÓN es una de las terapias más eficaces al respecto, si bien es difícil de aprender y de dominar. Una opción más sencilla es practicar el pensamiento positivo (por ejemplo, decir mentalmente "Voy a sentirme bien este día"), o bien, emplear imágenes en vez de palabras (tERAPIA POR VISUALIZACIÓN).
Como la medicina alternativa se basa en la idea de promover el bienestar para prevenir e incluso curar las enfermedades, cada uno de los cuatro factores mencionados es visto no sólo como un recurso terapéutico sino también como parte fundamental de la vida diaria.