REMEDIOS POPULARES

El legado de la tradición oral
Durante la mayor parte de la historia del hombre, la intuición y el conocimiento empírico de las plantas y de algunas sustancias de origen animal (junto con ciertos ritos mágicos) fueron los únicos medios de que dispusieron los curanderos para aliviar a los enfermos, situación que, fuera de los países desarrollados, no ha cambiado mucho en nuestros días.
Se sabe que muchos animales obedecen a un instinto curativo: los perros, por ejemplo, se provocan el vómito comiendo pasto cuando tienen malestar estomacal; con el mismo fin las ovejas comen hiedra y los caballos la corteza de ciertos árboles. Lo que no es fácil saber, dadas las explicaciones que la ciencia ha dado sobre el valor medicinal de muchas plantas, es si el hombre moderno conserva instintos parecidos, aunque quizá sean ejemplos de ello los antojos del embarazo y el deseo de ensaladas frescas después del invierno.
Algunos conocimientos sobre remedios populares se han olvidado porque formaban parte de la tradición oral y los estudiosos no juzgaron necesario escribirlos. Por ejemplo, en su Cornpleat Herbal, tratado de herbolaria publicado en 1694, el inglés lohn Pechey advierte; "Me he limitado a describir las plantas que crecen en Inglaterra y no son del conocimiento común, pues me pareció inútil abrumar al lector con la descripción de aquellas que toda mujer conoce o cultiva en su jardín."

A pesar de lo perdido, el empleo de remedios tradicionales sigue vigente en muchos rincones del mundo, sobre todo en las comunidades rurales que no tienen acceso a los servicios de la medicina alopática formal. En nuestro país algunas poblaciones cuentan con un curandero y un mercado con puestos de hierbas medicinales y otros remedios populares, en los mejor provistos no sólo se encuentran productos originarios del país, sino de países limítrofes.
Incluso entre las personas que presumen de no haber recurrido nunca con un curandero, no hay quien no haya tomado alguna vez, a instancias de la abuela, una taza de té de tilo y azahar para calmar los nervios, o una infusión de cabellos de maíz para depurar los riñones.
Tratándose de molestias leves, la ciencia ha confirmado la eficacia de ciertas curas domésticas; tal es el caso de las infusiones de Santa María y de sauce.

A continuación se ofrece una lista de algunos trastornos comunes para los que existen remedios populares;

Anemia Para los casos debidos a deficiencia de hierro o al hecho de tener menstruaciones abundantes, una práctica común es tomar diariamente una infusión preparada con tallos tiernos de ortiga, que son ricos en hierro y pierden las sustancias irritantes al hervirse. Con ellos se preparan también sopas y ensaladas muy nutritivas.

Artritis Se dice que el aceite de hígado de bacalao mitiga los dolores artríticos. Barritos y espinillas Entre los remedios de aplicación local están el agua de rosas, el jugo de pepino o una loción preparada con avena cocida en leche y colada. Para uso interno se recomienda una infusión de tallos tiernos de ortiga.
Cistitis Para los casos no infecciosos suele emplearse una infusión de 30 g de rizoma de agropiro en medio litro de agua. Contacto con plantas urticantes Se recomienda frotar toda la zona irritada con hojas de acedera.

Cortaduras Con tallos de cola de caballo, machacados, se prepara un emplasto para detener las hemorragias de las heridas superficiales leves. Hubo un tiempo en que las cortaduras más graves se trataban con telarañas, y tanto a las cortaduras como a los moretones se les aplicaba una loción compuesta de pétalos de azucena macerados en brandy.

Dentición En ciertas regiones es práctica común aplicar a las encías de los recién nacidos emplastos de amapola silvestre para aliviar las molestias que causa la salida de los dientes de leche.

Diarrea Las prácticas más fáciles y eficaces incluyen comer manzanas cocidas, aderezar los alimentos con jugo de limón y tomar una infusión tibia de hojas de zarzamora o de fresal.

Dolor de cabeza Son remedios tradiciona les las infusiones de pasionaria y de Santa María. Los farmacólogos han comprobado que esta última planta contiene sustancias eficaces para aliviar la jaqueca y la Migraña debida a tensión.

Dolor de espalda Cuando se debe a TENSION MUSCULAR, se aconseja poner una bolsa de agua caliente sobre la zona afectada, protegida previamente con un trozo de franela gruesa.

Dolor de muelas Suele aplicarse externamente a la zona del dolor una cataplasma de vinagre y pimienta o mostaza. Otras prácticas comunes son rociar agua de lavanda directamente sobre la pieza que duele o masticar un clavo de olor durante varios minutos y sin tragarlo.

Dolor de oídos En algunas regiones rurales de nuestros países latinoamericanos se acostumbra echar sobre el oído afectado humo de orégano o bien de cigarrillo, aceite tibio, o bien, en el caso de lactantes, unas gotas de leche del seno materno.

Estreñimiento Algunas personas todavía recuerdan la dosis periódica de azufre y melaza que solía darse a los niños para prevenir el estreñimiento. Otros laxantes suaves de uso popular son las ciruelas pasas y la infusión de flores de saúco.

Fiebre Las hojas y la corteza de sauce se han empleado desde la Antigúedad en infusiones para bajar la fiebre. Su eficacia se debe a que contienen salicina, un glucósido relacionado con el ácido acetilsalicílico, que es el ingrediente activo de la aspirina. Forúnculos Algunas personas acostumbran emplear cataplasmas calientes de pan, hojas de repollo, altea o senecio para hacer que el forúnculo supure.

Gripe El vino de bayas de saúco y la sopa de cebolla tienen fama de antigripales. Las propiedades sudoríficas de las flores de saúco también las hacen eficaces para mitigar las molestias de la gripe.

Hemorragia nasal Los remedios tradicionales que consisten en dar un susto al enfermo quizá tengan una base científica: el sobresalto puede contraer los vasos sanguíneos de la nariz. También se emplea una infusión de milenrama o hamamelis a manera de gotas nasales.

Insomnio Para ayudar a conciliar el sueño se recomienda tomar por la noche un vaso de leche tibia, una cucharada de miel, una taza de agua en la que se haya hervido lechuga o una infusión de toronjil.
Irritación de garganta Son prácticas comunes hacer gargarismos con una infusión de salvia o tomar una mezcla de miel, jugo de limón y agua caliente. Se dice que una cucharadita de jalea de grosella negra disuelta en agua caliente también es eficaz para calmar la irritación.

Irritación de ojos Se recomienda lavar los ojos con té frío o una mezcla de agua de rosas e infusión de hojas de llantén. Picaduras de insectos Para aliviar el dolor y reducir la hinchazón en las partes afectadas, se aplica vinagre o una cataplasma de tabaco humedecido u hojas de llantén o mercadela machacadas.

Quemaduras de sol Entre los remedios de aplicación local más sencillos están una mezcla de agua y vinagre o una loción preparada con raíces de acedera.
Resfriado Durante siglos se ha empleado la cebolla para bajar la fiebre y combatir las molestias del resfriado, usos que respalda su gran contenido de sustancias medicinales: con esos fines suele tomarse hervida en leche. Otro remedio popular es una infusión de marrubio y menta.
En otro tiempo solía protegerse a los niños contra los resfriados haciéndolos llevar en el pecho, durante el invierno, un emplasto de papel de estraza impregnado con sebo de vacuno.

Reumatismo En algunas regiones rurales la gente lleva siempre una papa o una cebolla en el bolsillo para mantenerse protegida contra el reumatismo y, si esta medida preventiva falla, las articulaciones se frotan con un linimento compuesto de aguarrás, vinagre y huevo batido. Otra recomendación es tomar diariamente una taza pequeña de infusión de tallos de ortiga tiernos y recogidos en primavera.

Ronquidos nocturnos Un viejo remedio es coser una pelota pequeña en la camisa del piyama, para obligarse a dormir de lado. Sabañones En otro tiempo se recomendaba azotar los pies con hojas de acebo hasta hacerlos sangrar, o bien, meterlos en un baño de vino o de orina todas las mañanas. Luego se prefirió frotar los sabañones con una papa cruda espolvoreada con sal.
Torceduras Con hojas de repollo, crudas y machacadas, se prepara una cataplasma muy útil para aliviar el dolor de las torceduras leves. La raíz de consuelda puede usarse del mismo modo.

Tos Hay quienes dejan reposar toda la noche en una taza rebanadas de nabo cubiertas con azúcar mascabado: a la mañana siguiente toman el jarabe que ha rezumado de la mezcla.

Verrugas Una práctica común consiste en atar un cabello alrededor de la verruga y dejarlo allí hasta que ésta se seque y se caiga. Se dice que el mismo resultado se obtiene aplicando a la verruga una gota de látex de nochebuena o jugo de celidonia y diente de león, con cuidado de que el remedio no toque la piel sana.
El punto de vista ortodoxo
Es innegable que todas las culturas hacen uso de remedios populares. Algunos de ellos han comprobado su eficacia y están presentes en medicamentos de patente; sin embargo, otros son ineficaces e incluso peligrosos en altas dosis. Por este motivo, conviene recurrir a ellos con moderación y limitar su empleo a padecimientos debidamente diagnosticados o a molestias leves que hagan innecesaria la consulta médica.