Propiedades: Es rica en potasio, sodio, bromo, calcio, fósforo, hierro, arsénico, silicio, magnesio, otros minerales y vitamina A.

Mejora la digestión, la hiperacidez gástrica y el reumatismo. Evita y combate la diarrea y el estreñimiento. Disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas al ayudar a reducir el colesterol. Parece ayudar a reducir el riesgo de cáncer, especialmente el de colon, por su proporción de fibra. También se cree que reduce el nivel de metales pesados como plomo y mercurio dentro del cuerpo. Previene y ayuda en la diabetes.

Modos de empleo: Para aprovechar todas sus propiedades lo mejor es comerla cruda, aunque algunos especialistas opinan que es mejor hacerlo con cáscara y otros, sin ella. Si se come sin pelarla, hay que lavarla muy bien para quitarle los restos de pesticida que pueda tener. También se puede incorporar al organismo en forma de jugo hecho en la licuadora; hay quienes sostienen que esta es la mejor manera de tratar los cálculos biliares, renales y recomiendan tomar entre 1 y 3 vasos al día. Con el jugo también se pueden hacer gárgaras que alivien las amigdalitis y las faringitis. Para ayudar a cicatrizar heridas y úlceras de la piel, se utiliza la manzana rallada como cataplasma.

Precauciones: No consuma las semillas de la manzana y enseñe a sus hijos a no hacerlo ya que esto tienen cianuro y son tóxicas. Media taza de semillas podrían matar a un adulto. Como siempre sugerimos, consulte a su médico si usted padece alguna de las enfermedades importantes que mencionamos aquí.