Este encantamiento debe hacerse un día viernes, con la luna creciente o llena, entre las nueve y las diez de la noche. Recuerde que debe estar solo en la habitación y a oscuras, con las persianas bajas y las cortinas corridas. Los pasos son los siguientes:

Prepare una mezcla con una medida de incienso, una medida de polvo de verbena y una medida de madera de sándalo, reducida a polvo.

Consiga una fotografía de la persona que desea hechizar y, si puede, también algunos objetos de su pertenencia. Guárdelos en una bolsa de seda verde.

Prepare una mesa en la que habrá de trabajar. Esta mesa debe ser blanca. Si no lo es, cúbrala con un papel blanco en toda su superficie.

Coloque encima el mantel blanco liso, sin adornos ni filetes.

Sobre la mesa prepare los siguientes elementos: dos velas de cera verde,un jarrón con siete rosas rojas, la bolsa verde, los objetos de la persona, la ezcla que ha preparado, carboncitos para encenderla y un cenicero. Debajo de la mesa prepare una vela común, fósforos y la mezcla de incinso, verbena y sándalo.

Cuando termine con estos preparativos, baje las persianas, corra las cortinas y salga de la habitación.

Quítese la ropa y quédese desnudo, o bien con una bata blanca.

Sobre sus hombros coloque una bufanda verde o un pañuelo de seda verde como si fuera una estola.

Encienda el carbón en el caldero y échele un puñado de incienso. Cuando entre en la habitación, debe llevar el caldero en la mano derecha.

Entre en la habitación. Dé unas vueltas en el sentido de las agujas del reloj, levantando el caldero para que se impregne bien de humo. Cuando pse por una puerta o una ventana, haga en el aire una estrella de cinco puntas. Cuando sienta que el ambiente está completamente impregnado, haga el pentagrama en la mesa.

Póngase de pie delante de la mesa y coloque sus manos en el pecho en forma de cruz. La mano derecha tiene que pasar por encima de la izquierda. Inspire profundamente. Visualice lo que quiere lograr con este ritual. Espire lentamente sintiendo la corriente energética que atraviesa su cuerpo. Tome la vela común y las cerillas, enciéndala y tómela con su mano derecha. Con ella encienda la vela verde que se encuentra a su izquierda, en el altar. Diga en voz alta:

Con la vela que sostiene en la mano derecha encienda ahora, la otra vela verde, que se encuentra a la derecha del altar. Diga en voz alta:

Angeles, espíritus -y genios de Venus, que la gracia os sea entregada por los favores y la ayuda que me otorguéis en el transcurso de esta operación por la luz que os está consagrada.

Acerque la vela que sostiene en la mano y apáguela con sus dedos previamente humedecidos. Déjela en el suelo.

Abra sus brazos como formando un cáliz hacia el cielo y diga, mirando hacia arriba:

Quédese unos segundos en esa posición de meditación, respirando profundamente. Baje los brazos.

Haciendo una inspiración, levante a media altura el brazo izquierdo hacia el cielo, extendiendo el pulgar, el índice y el dedo mayor. El anular y el meñique deben permanecer doblados en la palma de la mano.

Haciendo una exhalación, extienda su mano derecha hacia el suelo, formando con sus dedos el signo de los cuernos.

El brazo derecho debe permanecer inmóvil, el antebrazo izquierdo debe girar en el sentido de las agujas del reloj, mientras dice:

Os conjuro, Angeles, Santos fuertes y potentes, en el nombre de On, Oy, la, le, Adonai, Shadai, quien en el sexto día creó a los cuadrúpedos, los reptiles y los hombres, y quien otorgó todos los poderes a Adán sobre todos los animales, quien bendijo el nombre del Señor, por los ángeles que sirven en la Tercera Legión, en presencia del gran ángel Agiel, Príncipe fuerte I/ potente. por el astro de Venus, por su santo sello y por los nombres antedichos, yo os conjuro Anael, el más grande ángel, creador del universo entero y de todo lo que contiene. para que me prestes socorro y me concedas el resultado de todas mis peticiones, según mi deseo, o para mis amores, o para mi fortuna, y más globalmente para todo aquello que pueda ser de mi agrado y utilidad.

Permanezca en silencio durante siete minutos y piense exclusivamente en el ser amado.

Extienda los brazos con las manos abiertas hacia la fotografía diga:

(nombre de la persona), ven a mi llamada guiado (o guiada) por Anael, a quien invoco. Ya, por mi voluntad, tu doble se impregna de los efluvios de mi deseo. Que tu espíritu se conmueva, que tu alma se una a mi alma, y que tu cuerpo se dé a la alegría. Que los genios propicios, incitados a la acción por mi verbo, me ayuden encadenándote y contorneando tu cabeza hacia mí. Que se haga Tu voluntad y que se cumpla Tu obra. Amén.

Repita tres veces estas palabras. Luego permanezca en silencio, tratando de percibir las vibraciones del ambiente. Puede haber algún soplo de aire o algún movimiento o sonido extraño. Pase lo que pase, al cabo de tres minutos dé las gracias al ángel Anael, diciendo:

¡Angeles de Luz y de Paz! ¡Mensajeros de la gloria Divina, Potencias iluminadoras y gloriosas! ¡Que el humo de este incienso sea, para vuestro agrado, el testimonio de mi reconocimiento y gratitud!

Permítenos ¡Oh espíritus de luz y conocimiento! tener el maravilloso tesoro de Vuestra Inspiración, de Vuestra Asistencia, de Vuestro Apoyo. Y que desde ahora, la Paz divina sea entre Vosotros y mi persona. Amén.