AUTISMO

El autismo es un trastorno infantil infrecuente y de causa incierta que en la mayoría de los casos aparece antes de que el niño cumpla los tres años de edad. El pequeño permanece ensimismado todo el tiempo y no puede relacionarse ni comunicarse con las demás personas, ni siquiera con sus padres. Este padecimiento es más común entre los niños que entre las niñas y puede desembocar en ESQUIZOFRENIA al llegar a la edad adulta.

Los niños autistas a menudo dan la impresión de estar sordos o mudos pero en la mayoría de los casos están físicamente sanos, si bien suelen padecer retraso mental y su desarrollo fisiológico es relativamente lento.

Los berrinches intempestivos por lo común son su único signo de emoción, y pueden reaccionar con violencia ante cualquier cambio en su rutina diaria o su entorno (por ejemplo, si no comen a sus horas o si los muebles de la casa se cambian de sitio).

El niño autista tampoco puede participar en juegos con otros pequeños, y prefiere entretenerse con juegos simples y repetitivos o con juguetes y objetos mecánicos. Algunos niños autistas demuestran capacidad excepcional para hacer cálculos numéricos, recordar fechas, memorizar obras musicales a primera audición y para otras tareas abstractas similares.

Lo que los terapeutas aconsejan

Terapia por medio de la danza Algunos niños autistas son capaces de expresarse a través de la danza, y mediante el análisis del "contenido" de sus movimientos el terapeuta puede entonces ayudarlos a superar poco a poco algunas de sus limitaciones.

Curación por medio de la fe Los practicantes de esta forma de terapia utilizan un procedimiento psíquico por medio del cual "visualizan" la enfermedad del niño y las energías que pueden ayudar a curarla. Por ejemplo, un terapeuta puede decidir imaginar la mente del niño como una ciudad sombría y desolada que paulatinamente se va iluminando.

Diagnóstico capilar Como es difícil determinar si un niño es autista o no, se considera que esta técnica diagnóstica puede ser útil al respecto.

Flores de Bach Se suele prescribir violeta de agua si el niño se muestra retraído y distante y parece rehuir el contacto personal; mímulo si hay verdadero temor a las personas; álamo temblón si el pequeño es aprensivo; manzana silvestre si efectúa rituales obsesivos; haya si no parece responder al afecto de la gente, y pino si en ocasiones reacciona con violencia hacia los demás.

Terapia con música Hay pruebas de que la música puede desencadenar respuestas emocionales en niños autistas. El terapeuta trata de entablar una "conversación" con el niño tocando un instrumento musical y cantando, por lo general rimas improvisadas, y al mismo tiempo alienta al niño a responder con su voz, con un instrumento de percusión o con ambos. Durante la sesión el estado de ánimo del niño tiende a cambiar, así que el terapeuta procura adaptar el tipo de música a dicho estado de modo que aquél pueda expresar sus sentimientos y relacionarlos con algo ajeno a su mundo interior. Esta forma de tratamiento se ha combinado con TERAPIA POR MEDIO DEL ARTE, PSICODRAMA y TERAPIA POR MEDIO DE LA DANZA para ayudar a mejorar a algunos niños autistas.

Naturopatía La consulta es indispensable. Quizá el terapeuta prescriba una dieta de alimentos enteros  y complementos vitamínicos y remineralizantes.

El punto de vista ortodoxo

Los médicos no reconocieron el autismo como una enfermedad hasta principios de la década de 1940; antes era frecuente considerar que los niños autistas eran "retrasados" o "difíciles". Incluso hoy día diagnosticar autismo es un proceso largo y complicado que requiere la participación de los padres del niño, el médico familiar y un pediatra.

Los niños autistas necesitan cuidados y educación especiales. No hay una técnica de curación para la enfermedad, si bien algunos niños muestran mejoría con sesiones de PSICOTERAPIA y con ciertos medicamentos de efecto calmante. Algunos médicos opinan que el esfuerzo perseverante de los padres, combinado con una terapia heterodoxa, puede tener buenos resultados en muchos casos.